miércoles, 2 de marzo de 2011

La Revolución 2.0 moviliza al mundo árabe


From: http://www.revistanamaste.com/la-revolucion-2-0-moviliza-al-mundo-arabe-2/
La Revolución 2.0 moviliza al mundo árabe
Egipto cambia la historia y escribe el primer capítulo de un nuevo guión
 
La caída de Hosni Mubarak como presidente de Egipto ya se considera como la caída del Muro de Berlín de los países árabes. El final de un ciclo y el principio de otro. Esta revolución postmoderna inicia una etapa de incertidumbre y esperanza, similar a la que se vivió en Portugal en 1974 o en España en 1975. Sin embargo, existe un elemento novedoso que puede afectar crucialmente en su evolución: Internet y todo lo que este fenómeno supone (Wikileaks, redes sociales, libertad de expresión, periodismo ciudadano…) y un reto gigantesco: la importancia geoestratégica de Egipto, que sin duda condicionará los pasos venideros. Todo ello hace que estemos presenciado la historia en directo y que seamos testigos de la construcción del puente  mientras se cruza.  En la otra orilla no se sabe aún si nos toparemos con el modelo islamista radical de Irán o el de una democracia a la occidental como Turquía. O un nuevo modelo cocinado con los ingredientes del siglo XXI.
Ayer un amigo, hoy un dictador
A juzgar por el trato que ha recibido Hosni Mubarak de los países democráticos nadie diría que se trataba de un dictador. Más bien lo contrario, era considerado como un actor fundamental en la zona. Necesario y apoyado desde EE.UU y Europa pese a que su respeto a los Derechos Fundamentales y el bienestar de los egipcios era más bien dudoso. Pero eso, en tiempos de George Bush más que un problema era una ventaja. Egipto se convirtió en un santuario para los torturadores de la CIA. La administración norteamericana estableció un puente aéreo para los aviones de los servicios secretos norteamericanos, que trasladaban presos sin ningún tipo de garantía jurídica muchos de ellos haciendo escalas en aeropuestos españoles, como el de Sont San Joan en Mallorca. La constitución egipcia de 1971 elaborada como un traje a medida para Hosni Mubarak otorgaba plenos poderes a los servicios secretos y al Ejército (actual garante del orden y la transición) para campar, de facto, impunemente. Ese capítulo se cierra ahora gracias a una movilización popular y electrónica impecable. La insistencia del pueblo egipcio ha sido mayor que la cabezonería de Mubarak de abandonar el poder.
Al servicio de sus intereses y las potencias alidas pero de espaldas al pueblo
Otro elemento que hacía atractivo a Mubarak a las potencias occidentales era, como no podía ser de otra manera, el petróleo, y de hecho una de las razones que explican que occidente haya dejado caer a su hombre en la zona, es porque Egipto ya no es una potencia petrolera, sus reservas han caído considerablemente en lo últimos años.
Y, por su puesto, la geoestrategia. No solo por el Canal de Suez, un paso vital para el comercio mundial, sino porque Egipto está en el corazón de la zona más conflictiva del planeta. Un avispero formado por países al borde de la guerra: Irán, Irak, Israel, Siria, Arabia Saudí… La combinación no puede ser más explosiva: petróleo, religión, fanatismo, injerencias extranjeras, en algunos casos población pobre y con educación deficiente… Durante los treinta años que Mubarak ha estado en el poder ha sido el aliado de EE.UU. e Israel. De manera simplista, pero en mi opinión, acertada, puede decirse que el gobierno caído de Egipto no ha atendido el bienestar de la población (según valores estimados por el FMI, la renta per cápita apenas supera los 1500 anuales por habitante, frente a los 35.000 de nuestro país, por ejemplo) sino que se ha dedicado a satisfacer las necesidades en la zona de sus aliados con grandes réditos económicos para su cúpula dirigente, principalmente para el defenestrado Mubarak. Cuya fortuna en los bancos suizos podría alcanzar la cifra de 70.000 millones de dólares, mientras su gente fue abandonada en los brazos de la pobreza. Pese a que hasta el Ejército Egipcio era comprensivo con las reivindicaciones de los miles de manifestantes, líderes reaccionarios de Europa, como el expresidentes del Gobierno Español, José María Aznar, manifestaban sobre la marcha que debían anteponerse los intereses de los países occidentales a la libertad y democracia del pueblo egipcio. Nada nuevo. Simplemente proponía continuar como hasta ahora. Solo que ahora ha sido el pueblo Egipto el que se ha puesto en pie para decir ¡basta!.
El caos creativo de Internet
En esta ocasión la historia se ha escrito sin guión. El caos creativo que se ha originado a través de Internet ha permitido que la voz de los jóvenes sea escuchada y el cambio inevitable. La pobreza, el hartazgo por la corrupción y la falta de democracia combinadas con la información publicada por Wikileaks sobre el comportamiento de esos gobiernos y la interacción de los ciudadanos a través de las redes sociales, han encendido la mecha de protestas sociales en el Magreb y Oriente Próximo.
Del presidente de Túnez y su familia publicaba lo siguiente el Diario El País citando los cables de Wikileaks: “dibujan un país enfermo por la corrupción de su gobierno y de la familia del presidente, a la que describen como a una “cuasi mafia”, y muy en especial de su mujer, Leila Ben Ali, que, según explican, hace y deshace a su antojo.” Esta información sumada a la frustración de los jóvenes cuyo futuro está completamente anegado por la situación hizo estallar la revolución.
Todo empezó en Túnez
El 17 de diciembre de 2010, Mohamed Bouazizi se inmoló en la ciudad tunecina de Sidi Bouzid. Este joven en paro de 26 años que vendía frutas y verduras para sobrevivir probablemente no esperaba convertirse en un héroe internacional cuando se roció con gasolina y se prendió fuego en protesta por la falta de oportunidades en su país. Bouazizi murió en el hospital el 5 de enero y, como consecuencia, vio la luz una revuelta popular que acabó el 14 de enero de 2011 con la dictadura del presidente Ben Ali y que encendió los ánimos de miles de personas en todos los países árabes, desde Argelia hasta Yemen, pasando por Egipto, por supuesto.
Primero cayó el presidente de Túnez, Ben Ali y después Hosni Mubarak. Ambos países se encuentran inmersos en una compleja transición. Tres factores deben tenerse en cuenta, la sociedad civil laica y formada con inquietudes democráticas, los grupos religiosos que abogan por una islamización de estos países y el papel que las potencias exteriores pueden jugar en el proceso. Actores que seguramente querrán influir en la zona: EE.UU., Europa, Irán, China, Rusia… sus embajadas ya echan humo. Para Barak Obama, este escenario es un reto a sus promesas. Hasta ahora apenas había podido aplicar su doctrina de mano amiga en un entorno muy hostil, pero la sorpresa tunecina y egipcia, le ponen en el brete de tener que apoyar una transición democrática real, algo que quizá no juegue a favor de sus intereses. La historia de EE.UU. como manipulador de gobiernos es de sobra conocida en Latinoamérica y también en la zona que nos ocupa. Poco margen de credibilidad le queda a Obama, pero esta es una ocasión de lujo para aplicar las palabras que encandilaron al mundo en su campaña electoral y que poco a poco han ido perdiendo brillo.
A rebufo de lo sucedido en Túnez, el pueblo egipcio, liderado por los jóvenes también ha echado a su dictador. Desde el 25 de enero de 2011 una heterogénea multitud se agolpó en la plaza de Tahrir y ha permanecido firme hasta ganar su pulso contra Mubarak. El 11 de febrero, 18 días después, Omar Suleiman anunciaba la dimisión de su superior.
El primer acto egipcio
Mubarak insistía en quedarse, hasta el día antes de su salida, algo bien visto por su aliados Norteamericanos e israelíes y avalado por la pusilanimidad europea. Solo la violencia hubiera parado el proceso desencadenado en Egipto, pero todo el mundo miraba, había muchas cámaras pese a la obstaculización del régimen a los periodistas convencionales y ciudadanos armados con un móvil. La aldea global enviaba ánimos a Egipto en forma de entradas en las redes sociales y si se hubiera aplastado la protesta la ira hubiera sido mundial. Los líderes mundiales lo entendieron y presionaron a Mubarak para que no aplastara a los manifestantes y lo dejaron caer a él. Ni siquiera el ejército le obedecía ya que comparten las demandas del pueblo. Ahora es precisamente el ejército el que tutela la transición. Y el proceso no ha hecho más que empezar. Solo se ha representado el primer acto: la salida del dictador. El resto de la obra está por ser escrita y representada. Algunos nombres han cobrado protagonismo durante las revueltas El Baradei o Amr Mussa. Y los Hermanos Musulmanes, poco conocidos y mal vistos por los occidentales.
Todavía hay muchos balones en el alero:
1. Nadie sabe a ciencia cierta lo que va a suceder en Egipto, del mismo modo que nadie se esperaba que iba a estallar la revolución. EE.UU. de la mano de Obama ya se ha adelantado a ofrecer un plan de apoyo e Irán tira de la cuerda hacia el lado islamista. La polaridad está servida
2. ¿Qué pinta China, la megapotencia emergente? Poco se sabe de la postura de la gran dictadura comunista-capitalista, salvo que ha puesto en marcha todos los dispositivos de censura en su haber, que no son pocos, para silenciar entre sus millones de ciudadanos los sucedido en Egipto. Cada vez tienen que hacer más esfuerzos la autoridades chinas para silenciar los gritos de libertad en el resto del mundo.
3. De momento el poder está en manos del ejército, que pese a todo, ha consentido la revuelta y ha colaborado en la salida de Hosni Mubarak. EL 14 de febrero de 2011, el consejo militar ha anunciado la disolución del Parlamento, la suspensión de la Constitución y la formación de una comisión para su reforma y posterior referéndum.
4. En este momento en países como Argelia, Yemen, Irán, Marruecos, Libia… la policía trata de abortar las manifestaciones, que como un virus se han extendido a todo el Magreb y Oriente Próximo.
5. ¿Cómo va a afectar esto a Europa?. En destinos turísticos competidores de Egipto y Túnez, como les Illes Balears y las Islas Canarías, los empresarios hoteleros se frotan las manos. Las inestabilidad en destinos competidores es sinónimo de éxito. Todo parace indicar que la temporada turística 2011, será un éxito, igualando cifras pre-crisis.
6. Sin embargo, hay un factor que preocupa en Europa y mucho: la inmigración. El flujo de inmigrantes sin papeles que las revueltas pueden provocar ya está creando estraagos en Italia. La isla de Sicilia ha recibido a miles de tunecidos en pocos días, y las autoridades han puesto el grito en el cielo ¿Es solo el comienzo?
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario