miércoles, 8 de junio de 2011

Oro, plata y franco suizo, un refugio para los tiempos que se avecinan



      Eduardo Bolinches es director y socio de Bolsacash.com, empresa especializada en el asesoramiento financiero independiente y fundador de Orocash, sociedad para la compra conjunta de oro de inversión. Lleva 21 años en los mercados financieros y entre otras firmas ha trabajado en Benito y Monjardín (1.991) y el Banco de Finanzas e Inversiones (FIBANC). Tras 6 años como director de Banca Privada de esta última, se establece por su cuenta junto con otros profesionales y crea Bolsacash en 2000. Es colaborador habitual de los medios de comunicación financieros especializados.
—En una etapa de tanta volatilidad e incertidumbre ¿qué estrategia de inversión recomienda seguir?
—Las dudas acechan por cada rincón y los mercados odian la incertidumbre. Tenemos el problema de los PIG, PIGS o PIIGS que se han propuesto quitar el protagonismo a los tremendos problemas con el déficit estadounidense y la imposibilidad por parte de la Administración de Obama de llegar a un acuerdo para lanzar la QE3. Si le añadimos las revueltas populares en el norte de África y un mercado de valores chino que no coincide con lo que nos dicen de la evolución de su economía, es posible que nos despertemos pronto de este sueño idílico en el que hemos estado inmersos y nos ha impedido ver que los responsables políticos siguen intentando solucionar un problema de deuda creando más deuda. Ante este panorama, el dinero inteligente vuelve a buscar refugio en el oro, plata y franco suizo. El franco suizo está marcando un nuevo máximo histórico frente al dólar estadounidense y tanto el dólar canadiense como el australiano andan por el mismo camino. Estos cinco activos nos están diciendo que lo que viene en los próximos meses no es precisamente agradable.
—¿Cuales son sus previsiones a medio plazo?
—El precio de la vivienda continúa cayendo. Y no únicamente en España, también en EE.UU, donde la economía se contrae según las últimas cifras del PIB que sitúan el crecimiento en el 1,8% tras revisarlo previamente desde el estimado 2,2%. Esto significa que la economía se ha atascado en este nivel y no debería sorprenderle a nadie que no pueda continuar al alza. La deuda está frenando el crecimiento a un ritmo cada vez superior, con lo que esto sólo puede empeorar. La economía de EE.UU. se está dedicando a crear más deuda para pagar la deuda, mientras que el crecimiento disminuye. El presidente Obama se comprometió a invertir dinero para reactivar la economía estadounidense con las QE1 y QE2 renovando entre otras cosas multitud de infraestructuras. De esa forma se crearían miles de puestos de trabajo por el camino que ayudarían sin duda aumentar el consumo que representa el 70% del PIB estadounidense. Pero la triste realidad es que tras 3 billones de dólares, el desempleo ha pasado del 7,50% hasta el 9%, si bien hoy está ligeramente inferior pero claramente alto. Y las infraestructuras ahora son simplemente 3 años más viejas que entonces, es decir, tres años con más de uso y desgaste. Todos los discursos que se han pronunciado desde Washington sobre la creación de empleo y crecimiento económico mediante la flexibilización cuantitativa, realmente tenían una finalidad muy distinta: seguir tapando agujeros en los balances de sus entidades financieras. Lo único que se ha conseguido es más deuda. Y este tipo de prácticas provocará que EE.UU. se desmorone de la misma forma que lo lleva haciendo el dólar estadounidense desde hace diez años. El mejor escenario posible es hacia una estanflación pero sospecho que no tendremos tanta suerte y acabaremos en deflación de nuevo.
— Las últimas caídas que hemos visto de las materias primas son el inicio de una fuerte corrección?
— Estoy totalmente convencido de ello. El dinero caliente tiene que ponerse siempre a trabajar y no puede estar parado. En las materias primas -excluyo metales preciosos - hemos vivido una especulación provocada por ese exceso de liquidez en los mercados. Y no por una demanda real, salvo pequeñas y puntuales excepciones en algunos cereales, provocados por horribles cosechas por mal tiempo e inundaciones en Latinoamérica. Estoy convencido que, en cuanto el mercado de valores -Dow Jones- se gire definitivamente, las materias primas le van a seguir en paseíllo…
— ¿En qué mercados ve mayor potencial de revalorización?
— Sin duda en el mercado de metales preciosos: oro y plata. Sin olvidarme del franco suizo, que frente a las intervenciones de su Banco Central por controlar su apreciación sigue marcando máximos históricos frente a otras monedas como el dólar o el euro.
— ¿Qué recorrido prevé para el oro?
— Estamos muy cerca de los máximos históricos por cierres del oro del pasado 29 de abril en los 1.562 dólares. Espero ver pronto nuevos máximos y alcanzar los 1.615 dólares/onza, mi precio objetivo desde hace un par de años. Pero ese no será el final sino simplemente un techo temporal en algún lugar cercano a esa cifra. Debemos ver nuevas correcciones de nuevo para poder seguir subiendo con salud como lo lleva haciendo desde hace 12 años. Averiguar hoy dónde va a verse el techo definitivo del oro es muy difícil -muchos analistas llevan equivocándose más de cuatro años-, pero sin lugar a dudas los políticos tendrán mucho que ver. En cuando corten la dependencia con la imprenta y los países vivan dentro de sus posibilidades, entonces estaremos preparados para ver el fin de este mercado alcista en el oro. Mi “apuesta” está en los 3.000 francos suizos por onza.
—¿No le asusta que la inversión en oro se convierta en una burbuja que pueda estallar en cualquier momento?
El mercado alcista del oro comenzó en 1999 y muy pocos inversores particulares han participado de ello. Este metal lleva haciendo sistemáticamente máximos históricos desde el año 2008, tras consolidaciones como la descrita. Y no va a dejar de hacerlo durante muchos años más, a pesar de ser un mercado muy manipulado y hay muchos motivos para ello. Muchos compraran el movimiento actual del oro con el final del mercado alcista en 1980 pero, en realidad, es incomparable. En esa época el mercado alcista se limitaba prácticamente a Wall Street, mientras que en esta ocasión se está produciendo en todos los activos. Una de las diferencias más significativas respecto a 1980 es que en esa época a los chinos no se les permitía poseer oro, ahora sí. Además, existe un nuevo comportamiento en el mercado actual, según el cual los Bancos Centrales se han convertido en los principales compradores del metal amarillo. Probablemente sería exagerado decir que en 1980 el 5% de todo el mundo estaba implicado en el movimiento alcista del oro, mientras que actualmente es el 35%, tal vez más. Para poder comenzar a hablar realmente de burbuja en los precios del oro este porcentaje deberá seguir incrementándose con el tiempo y al final entre también el ciudadano medio. Hoy ni el 1% del ciudadano de a pie tiene intereses en el oro.
— ¿Qué le parece la inversión en renta variable a la vista de cómo están los mercados?
En mi opinión las acciones no tienen muy buena perspectiva a largo plazo. Las grandes compañías han presentado resultados mejores de lo esperado debido a la reducción de costes y la mayoría de éstas han sido a costa de una reducción de mano de obra que no puede continuar durante mucho más tiempo. Además entidades como General Motors, CitiBank, Bank of America, Goldman Sachs y Morgan Stanley han recibido dinero gratis de una forma u otra, lo que les ha permitido obtener beneficios a costa del pueblo estadounidense. De hecho algunas de estas compañías recibieron miles de millones por debajo de la mesa, lo cual tampoco puede durar durante mucho tiempo. No me cabe la menor duda de que la economía de EE.UU. está a punto de paralizarse y la QE2 ha hecho su función pero ahora la FED no quiere anunciar una tercera porque sería una admisión pública de su fracaso. Sin embargo, al final deberán admitirlo -aunque no se le bautice como QE3- pero si su importe es inferior al de la QE2 no tendrá ningún efecto. Para poder continuar empujando al mercado de valores deberán gastar tanto o más que en la QE1, es decir, aproximadamente 2 billones de dólares y este sería el golpe de gracia para el dólar. Sin QE3 estamos al borde de un profundo y oscuro abismo bursátil.

Leido en Invertia el Lunes, 6 de Junio de 2011 - 9:29 h.

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