Via www.elconfidencial.com (Angel Villarino)
Si una empresa anuncia “retoques retributivos” en los salarios,
uno tiende a ponerse en lo peor. Pero nadie lo hizo a principios de
2012 en la Universidad Chulalongkorn de Bangkok, la más prestigiosa de Tailandia,
un país donde la clase media vive con la sensación de que las cosas
sólo pueden ir a mejor. Diez meses después, en una mañana de diciembre,
las ventanas casi estallan por la vibración de cientos de gargantas
chillando histéricamente. “Cuando consiguieron calmarse, me enteré de
que a mis compañeros les acababa de llegar la nómina y les habían duplicado el sueldo”, me contaba el otro día por correo electrónico un profesor asociado que asistió a la escena.
Hasta
aquel día, los salarios del profesorado oscilaban entre los 650 y los
1.500 euros, sueldos más que dignos en este país que, de la noche a la
mañana, se habían multiplicado por dos, equiparándose a los de algunas
universidades españolas. La institución, pública pero gestionada de
manera autónoma, había optado por cambiar los tipos de contrato y
repartir beneficios tras una modificación de los estatutos. “Más del 80%
de la plantilla aceptaron renunciar al estatus de funcionarios, pero no
esperaban algo así”.
Parecida fue la sorpresa, aunque la reacción resultase más discreta, en las oficinas de la televisión pública china (CCTV) en Pekín, donde hace unas cuantas semanas cientos de periodistas fueron informados de que les acababan de triplicar el salario.
La medida, que afectó a varios canales del ente de propaganda más
poderoso del país, hizo que las nóminas pasasen de los 500 euros a los
1.500 euros de media, sin contar extras de productividad y otras pagas.
“No nos han explicado el motivo. Puede ser una decisión de muy arriba.
También hay quien dice que la directora que había antes se lo quedaba
todo para ella y la nueva lo reparte”, resumía una de las reporteras.
Varios
países de Asia experimentan un vertiginoso aumento de la capacidad
adquisitiva. Las subidas medias de salarios serán de 6,2% este año, más
del doble que en el EEUU y Europa
Se trata de dos casos extremos, pero que ilustran el espíritu de los tiempos: el vertiginoso aumento de la capacidad adquisitiva que se está experimentando en varios países de Asia. Según el informe anual sobre salarios de ECA International,
las subidas medias en Asia/Pacífico serán de 6,2% este año, más del
doble que en el Estados Unidos y Europa (3% y 3,3%, respectivamente).
Otro estudio (esta vez elaborado por la consultora laboral Towers Watson)
indicaba que dependiendo del país, los asiáticos pasarán a ganar en
2013 entre un 2,3 y un 12% más que el año anterior. Las subidas más
radicales se producirán en lugares como Bangladesh, Vietnam o China, mientras que los pronósticos más pesimistas son para Japón.
En general, los sueldos suben impulsados por el buen momento económico
de un continente donde vive más de la mitad de la población del
planeta. Luego, en cada nación, el proceso se encauza con dinámicas
distintas y afronta diferentes grados de oposición. En lugares como
Indonesia, la organización sindical y las protestas están
obligando a autoridades y empresas a ser más generosas con los
empleados. En noviembre del año pasado, por ejemplo, el sueldo mínimo de
Jakarta subió de golpe un 44 por ciento,
superando los 200 dólares por primera vez en la historia del país
después de meses de presión popular y con unas votaciones a la vuelta de
la esquina. Las grandes fortunas acusaron al Gobierno local de
“populismo”, amenazaron con llevarse parte de los tres millones de
puestos de trabajo del sector industrial a otras zonas del archipiélago y
aseguraron que si medidas como esta se extienden, se hundirían las
previsiones de crecimiento del PIB.
Después
de décadas de ahorro (la tasa de consumo interno china es de las más
bajas del mundo), los nuevos mandarines creen que ha llegado el momento
de que la población saboree un poco más los éxitos económicos
En
sistemas más autoritarios, como el chino o el vietnamita, es el
Gobierno el que está orquestando la redistribución. El Partido Comunista
Chino, en concreto, lleva algunos años hablando de un cambio de modelo
que haga su economía menos dependiente de las exportaciones y dispare el consumo interno.
En definitiva, después de décadas de ahorro (la tasa de consumo interno
china, como la vietnamita, es de las más bajas del mundo), los nuevos
mandarines creen que ha llegado el momento de que la población saboree
un poco más los éxitos económicos. Aunque sólo sea por la propia
supervivencia de la elite comunista: para suavizar las tensiones sociales, saltar a otra fase de desarrollo y colmar las nuevas aspiraciones materiales de la población.
Para
conseguirlo, una de las primeras medidas que se están tomando es subir
los sueldos de las empresas estatales, mastodontes que siguen dominando
todo lo estratégico y que marcan el ritmo del resto. Por poner un
ejemplo, el salario de una oficinista sin estudios superiores en una
empresa estatal de una región de renta media como Mongolia Interior ha
pasado de los 240 euros mensuales en 2003 a los más de 700 que
cobra a partir del uno de enero de 2013. En el sector privado, y aunque
depende mucho de cada región, los aumentos también están siendo
significativos, tanto por el incremento de los sueldos mínimos como por
los crecientes problemas que afrontan las industrias para encontrar mano de obra.
Volviendo a los ejemplos concretos, un obrero cualificado de las zonas
costeras chinas puede aspirar ya a más de 400 euros mensuales, lo que
cobran algunos en fábricas como las de Haier, empresa china y primera
marca mundial de electrodomésticos.
Los dos extremos de la
horquilla demuestran que se partía de muy abajo, pero también que los
sueldos de algunos países en desarrollo asiáticos están cerca de
alcanzar a los de las economías más rezagadas de la Unión Europa. Del efecto que eso pueda tener sobre su competitividad es algo de lo que aquí se habla un día sí y el otro también. Lo dejamos para otro.
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