martes, 24 de septiembre de 2013

Es el momento de sacrificar las vacas sagradas

Via:Javier Megias| 28.02.12
http://www.contunegocio.es/innovacion/es-el-momento-de-sacrificar-las-vacas-sagradas/

Como ha quedado sobradamente claro, la crisis (o mejor dicho, el nuevo entorno) ha servido para que nos replanteemos muchas de las verdades fundamentales en las que habíamos creído a pies juntillas desde siempre, los famosos "paradigmas", que se han convertido un lastre que nos impide cambiar el cómo hacemos las cosas… lo que puede ser mortal Claro, en una época donde nos dedicábamos a gestionar la abundancia los problemas eran diferentes: que si no conseguíamos sacar suficiente producción con la calidad que nos gustaría, que si los clientes tenían que hacer "cola" (¿metafóricamente o realmente?) para comprar nuestros productos o servicios o que si no conseguíamos contratar a suficientes empleados para dar respuesta a la demanda. Actuábamos como panaderos y no como vendedores.
Pero con una drástica caída de la demanda, con un mercado cada vez más saturado de proveedores y donde la competencia en precio es el día a día, no podemos seguir dirigiendo nuestra empresa con los mismos esquemas mentales que antaño. No sólo debemos apostar por la tan cacareada innovación en nuestros productos, servicios y procesos, sino que debemos ir un paso más allá y cuestionarlo todo, sacrificando las vacas sagradas, porque:
Las vacas sagradas sirven para hacer las mejores hamburguesas
En esta época donde debemos gestionar la escasez y pelear cada centímetro del campo de batalla, es absolutamente esencial que avancemos en el siguiente paso de la innovación, nos atrevamos a replantear todas las verdades esenciales de nuestro negocio, y pongamos en duda los "siempre se ha hecho así". Ese siguiente paso es el de la innovación estratégica, que puede activar crecimientos absolutamente transformadores a través de cuestionar aspectos como por ejemplo:
  • ¿En qué negocio estamos? Aunque pueda parecer una pregunta trivial, no lo es en absoluto. Una de las principales y más importantes barreras que nos vamos a encontrar a la hora de transformar nuestra empresa está en nuestra cabeza. Tendemos a confundir lo que hacemos (somos una empresa de transporte por carretera) con el trabajo que resolvemos para el cliente (para él, somos parte de su cadena logística). Si empezamos a leer nuestra ventaja competitiva no desde lo que nosotros producimos sino desde el cliente, podremos desbloquear crecimientos transformacionales (si soy un proveedor de logística para mi cliente, puedo empezar a expandirme por la cadena).
  • ¿Quiénes son mis clientes? ¿Cómo los agrupo? Nos hemos acostumbrado a tratar a nuestros clientes como si fueran segmentos de población y no personas, lo que nos lleva a hacer enfoques demasiado generalistas y que realmente no satisfacen a ningún cliente. Por ejemplo, ¿a nuestros clientes les gusta el "ocio" (segmento) o el "teatro" (real)? Si comenzamos a entender a nuestros clientes como las personas que son, con gustos, preferencias y formas diferentes de entender la vida, seremos capaces de hacer aflorar tremendas oportunidades basadas en nichos. Sí, es difícil, pero ¿para qué está la tecnología?. Usándola podemos detectar micro-nichos dentro de nuestros segmentos de clientes donde nuestra oferta está funcionando especialmente bien y que no son tan sensibles al precio, y hacer foco en ellos.
  • ¿Puedo acercarme de otra forma al mercado? Una de las principales creencias que más nos limitan, sobre todo si llevamos años compitiendo en un mercado, es la forma de acercarse a él. Por ejemplo, ¿quién dice que para llegar al cliente necesitamos una fuerza comercial? ¿El que "siempre se ha hecho así"? ¿Y quién dice que hay que dejar que el cliente elija entre mil opciones hasta crear un producto personalizado? En varios sectores en los que tradicionalmente se había actuado así, ha habido empresas que se han atrevido a cuestionar esas verdades y resegmentar el mercado: cambiando la fuerza comercial por un sistema de pedidos online y permitiendo al cliente elegir sólo entre unas pocas opciones estandarizadas, lo que ha llevado a conseguir ahorros superiores al 30% en la estructura de costes, que pueden repercutir en el cliente y afianzar un liderazgo difícil de imitar.
Estas tres son sólo algunas de las opciones de crecimiento que podemos desbloquear en la crisis si realmente nos atrevemos a sacrificar esas vacas sagradas que son nuestras ideas preconcebidas, la forma "de siempre" de hacer las cosas. Sólo hace falta que nos sentemos un día alejados del mundanal ruido, adoptemos la mente del aprendiz, imaginemos que somos el becario recién entrado en la empresa sin experiencia laboral y nos preguntemos inocentemente para cada una de esas verdades:
"Y eso…¿por qué es así?"

jueves, 19 de septiembre de 2013

25 pruebas del mayor fraude piramidal del mundo

El próximo martes 24 de septiembre, tengo la oportunidad de moderar el que promete ser un debate apasionante sobre "El papel de los Bancos Centrales en el siglo XXI" entre el exmiembro del Comité Ejecutivo del BCE, José Manuel González-Páramo, y el libérrimo, económicamente hablando se entiende, Daniel Lacalle. Si alguno está interesado en inscribirse, lo puede hacer aquí. La cosa promete.

No se me ocurre mejor manera de azuzar la discusión previa que con una provocación. La que me brinda en bandeja el irreverente ZeroHedge haciéndose eco ayer de un post del no menos out, out, out of the box, Michael Snyder, titular de The Economic Collapse. Como se pueden imaginar, ante tal denominación, sobran los comentarios. Optimista, lo que se dice optimista, como que no parece el pollo.

Pues bien, coincidiendo con el centenario de la creación de la FED se despacha con una entrada salvaje que, en su opinión, acreditaría cómo la Reserva Federal, y por analogía el resto de los bancos centrales (BBCC), no son sino una creación de la banca para proteger sus intereses -así lo probaría la forma en que fue creada, por políticos y miembros señeros de Wall Street- en una suerte de planificación central que poco o nada tiene que ver con la libertad de mercado y la democracia parlamentaria (Zerohedge, "25 fast facts about the Federal Reserve", 16-09-2013).

El sistema de dinero fiduciario montado alrededor de los BBCC no sería para el autor sino 'un gigantesco fraude piramidal' (una idea que desarrolla separadamente aquí). Afirma vehementemente que, si el ciudadano de a pie entendiera su funcionamiento, saldría en masa a la calle a voz en grito exigiendo 'su inmediata abolición'.

La pieza está trufada de referencias históricas. Así, arranca señalando que, mientras no existía esta figura, en Estados Unidos había crecimiento, la inflación no era un problema, la moneda conservaba su valor, no existían los bancos too big to fail y la deuda pública era dos diezmilésimas partes de la actual (en esta última aseveración hay un mucho de demagogia, lo admito, ya que la proporción al menos debiera haberse mantenido en relación al crecimiento del PIB).

Sigue afirmando que fue con la aparición de la FED cuando se inician los problemas que concluyeron en la Gran Depresión -y en las 10 recesiones que ha habido con posterioridad a 1950 en Estados Unidos- y se activan los mecanismos para extraer el dinero "del bolsillo ciudadano y transferirlo al Gobierno central que, a su vez, lo utiliza para auxiliar a la banca". Prueba de ello serían los 16 billones de dólares -11 Españas enteras- que las grandes entidades financieras estadounidenses habrían recibido del Estado durante la última crisis (esto suena a conspiranoico pero cuenta con respaldo documental, página 131).

Por si fuera poco, la Reserva Federal se ha dedicado a darle a la maquinita de imprimir billetes -algo inicialmente reservado al Congreso, por cierto- como si no hubiera un mañana, con la misma finalidad: beneficiar a la economía financiera y a las élites extractivas.

Por una parte, remunera -en una muestra más de la impunidad con la que actúan los BBCC, el discurso es de Snyder- hasta 1,8 billones de dólares acaparados por las grandes instituciones y depositados en su balance, liquidez que no llega a la actividad productiva. Y no es el único, ¿eh, Draghi? Mientras la burbuja de deuda pública, que le cuesta 400.000 millones de dólares a los estadounidenses al año sólo en intereses, y la de los derivados que, como Kike Vázquez advertía en su post de este lunes, es hiperbólica, siguen su inflado curso, indiferente el ademán del supervisor.

Por otra, basta con mirar quiénes se han llevado el gato al agua de la mejora en la sociedad estadounidense a resultas de la acción de la Reserva Federal: el 1% más rico ha absorbido el 95% de la creación de riqueza financiera; el 99% restante, apenas el 5%. El ciudadano de a pie ve cómo su dependencia de los subsidios del Estado para cubrir sus necesidades básicas está en máximos históricos. La diferencia en la primera potencia del mundo entre ricos y pobres es la mayor en 90 años. En la mayoría de las economías desarrolladas ocurre lo mismo. Los mercados son la consecuencia, ¿los BBCC la causa?

Una vez que esta rueda se ha puesto en funcionamiento, viene a ser la conclusión no explicitada de este provocador post, no puede parar. Todo el entramado se sustenta sobre una promesa de valor fiduciario de imposible cumplimiento a la que hay que dar apariencia de solidez. Se alimentan los rescoldos con más y mayores maderos y los círculos viciosos se hacen cada vez difíciles de romper, aumentando el número de sus damnificados. Lo coyuntural se convierte en estructural, el contrafuerte en pilar imposible de retirar sin que se desmorone todo el edificio. The show must go on.

No se engañen, la realidad es compleja porque nos la quieren vender así. Miren su bolsillo y verán quién se está beneficiando de todo esto, Snyder dixit. ¿Exageración o se queda corto?

“Makers”, de Chris Anderson: un libro de los que hacen afición

A Chris Anderson tuve la oportunidad de conocerlo en el año 2006, cuando me tocó presentarlo en una charla en el Recommenders de Bilbao: acababa de publicar "The long tail", un libro que me parece que ha jugado un papel muy importante en la comprensión de muchas cosas que hemos visto pasar a lo largo de los últimos años. Pues bien, su último libro, "Makers", es de los que hacen afición. Y que lo califique como tal en el título de la entrada no es solamente una forma de hablar: a medida que lo lees, te entra una curiosidad enorme por probar cosas, por hacerlas, por experimentar. Llevaba bastantes años sin manejar un soldador… me compré uno hace unos días. Y entre eso, el Raspberry Pi, una placa Arduino y algunas cosas más que ya contaré en cuanto sean algo más tangibles, me he montado una especia de hacklab en casa que parece el laboratorio de Dexter (si me echan, no descartéis que no intente pedir asilo político en casa de algún lector habitual :-)

Pero el libro va mucho más allá de fomentar una afición que llevaba tiempo rumiando, y es mucho, mucho más ambicioso que la simple idea de la fabricación en modo hobby: habla de una auténtica transición histórica. De una transición comparable en su magnitud a la Revolución Industrial, de una verdadera fuerza transformadora en forma de continuación lógica que fluye como consecuencia de la transformación digital que va a redefinir la forma en la que hacemos muchas cosas.

La idea puede entenderse con una cita:

The digital revolution has been largely limited to screens. We love screens, of course, on our laptops, our TVs, our phones. But we live in homes, drive in cars, and work in offices. We are surrounded by physical goods, most of them products of a manufacturing economy that over the past century has been transformed in all ways but one: unlike the Web, it hasn't been opened to all. Because of the expertise, equipment, and costs of producing things on a large scale, manufacturing has been mostly the provenance of big companies and trained professionals. That's about to change.

El libro define de qué manera se está produciendo ese cambio. Los síntomas, los casos de éxito, las herramientas que lo están provocando, el open hardware, la reinvención de los procesos industriales en niveles que van desde el garaje a las enormes factorías de la industria de automoción, la evolución hacia la fabricación personalizada, las fuentes de financiación… el capítulo 10, "Financing the Maker movement", dedicado entre otras cosas a Kickstarter es un auténtico bonus track, de esos que cualquier emprendedor o persona que se plantee llegar a serlo en algún momento debe leer.

En torno a este tema se están moviendo muchas cosas: impresoras y escáneres 3D, cortadoras láser, máquinas de control numérico, hardware abierto, electrónica… muchos conceptos que están generando auténticas caídas de barreras de entrada que habían permanecido ahí desde la Revolución Industrial, que impedían hacer demasiadas cosas si no se tenía una escala determinada. El libro provoca unas ganas enormes de asomarse al mundo de los hacklabs, donde muchas de estas herramientas se ponen a disposición de los usuarios junto con algo de adiestramiento en su uso. En mi caso, tuve la suerte, además, de que la exploración de estos temas coincidiese en el tiempo con la lectura del libro: el pasado lunes pude experimentar varias de estas tecnologías en el TechShop Detroit de Allen Park, una iniciativa financiada por Ford que define en muchos sentidos una de las frases que me llamó la atención en el capítulo 8 del libro, que permite ver cómo el cambio va mucho más allá del simple hobby y del fabricar estatuillas en plástico fundido, y que tiene todo un punto de gracia que te coincida leerlo cuando precisamente visitas Detroit:

There' no manufacturing business like the car business. If that can be transformed, anything can. 

Desde el movimiento DIY, Do It Yourself, hasta modelos como Etsy, hasta llegar a las fábricas en la nube, al Alibaba.com de Jack Ma o a los nuevos planteamientos en la industria de la automoción, incluso con derivaciones macroeconómicas de calado sobre las ventajas comparativas de los países y el peso de la mano de obra en los procesos. Está pasando algo muy, muy gordo, y este libro me ha parecido una muy buena manera de entrar en contacto y de tener algo de criterio sobre ello. Puedes leer mis subrayados del libro en mi página de Kindle.com. Recomendación total y entusiasta. No digáis que no he avisado :-)

martes, 17 de septiembre de 2013

La encrucijada de los emergentes

Vía: http://www.economiamundial.es/2013/09/la-encrucijada-de-los-emergentes.html?m=1

Mientras en Estados Unidos y, sobre todo, en la zona Euro, estábamos asistiendo a una crisis que tenía difícil salida, los países emergentes (en especial los BRICS), estaban disfrutando de un crecimiento a tasas muy elevadas, entre otras cosas gracias a las políticas de estímulo que estaba llevando a cabo la Reserva Federal durante los últimos años. La política de crédito bancario y monetizaciones de deuda han abaratado el dólar, lo que ha hecho que los capitales se dirijan de forma masiva hacia los países emergentes, con el objetivo de obtener una rentabilidad añadida.
Parece que esta fiesta se ha terminado. En las últimas semanas, y sobre todo a raíz de las últimas decisiones de la Reserva Federal en torno a la reducción de los estímulos monetarios, la tendencia se está revirtiendo, produciéndose un retorno masivo de capitales desde los países emergentes hacia Estados Unidos. Los efectos negativos de la reducción de los estímulos que Ben Bernanke ha anunciado no han tardado en llegar. La huída de capitales desde los mercados emergentes está depreciando de forma preocupante las monedas de los países emergentes, en especial la rupia India que ha perdido ya un 20% desde Mayo frente al dólar estadounidense.
En este contexto, los países emergentes se encuentran en una encrucijada de difícil solución. Por un lado, la decisión de aumentar los tipos de interés para fomentar la entrada de capitales podría intesificar la desaceleración que están sufriendo los países en desarrollo, tratando de frenar, además, la presión inflacionista causada por la salida masiva de capitales.
Por otro, pueden presionar a los Estados Unidos para que sigan realizando una política monetaria expansiva ad infinitum, pero, tras conseguir el objetivo de reducción de la tasa de desempleo, es muy complicado que la Fed vaya a dar un giro de 180º en sus políticas para favorecer a los mercados emergentes, algo que, desde luego, no sería ni sano ni sostenible en el tiempo.
Sin embargo, puede haber escondida una segunda razón más allá del fin de los estímulos de la Fed, cual es la excesiva dependencia de los capitales extranjeros que desequilibran las balanzas de pagos de estos países. Sea como fuere, las economías emergentes se debaten en una encrucijada que tiene difícil solución y que, sin duda, acaparará una buena cantidad de noticias económicas y financieras en los medios internacionales.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

FALSA MÍSTICA BLOGUERA


FALSA MÍSTICA BLOGUERA

via: www.cosasqmepasan.com 11.Junio.2013

Como ser mejor bloguer. 
Como tener el perfecto blog.
Como vivir de tu blog.
Cómo conseguir más visitas.
Posicionamiento SEO
Herramientas de optimización
Bla bla bla.

Mucha tonteria. Muchísima.

Tener un blog es mucho trabajo. Pues déjalo.
Tener un blog es muy sacrificado. Pues déjalo.
Tener un blog es dedicarle muchas horas...Cierto, pero si no se las quiere dedicar déjalo.



Tener un blog (excluídos los profesionales) es como salir a correr o ir a nadar. Ni más ni menos.
No hay ninguna necesidad vital, ni es obligatorio, ni se lo debes a la humanidad.

Hay que tener un blog porque te apetece tenerlo, porque lo disfrutas y porque a través de él has conseguido encauzar una pasión o un interés, explicar unos conocimientos, darlos a conocer, compartir unas experiencias, ordenar tus ideas, mostrar tus relatos o dar rienda suelta a tu autocompasión cuando te han roto el corazón. Cualquier motivación puede ser buena para intentar expresarla en un blog y ver si ese experimento te sirve para algo. Te sirve a ti, a ti como persona con dos manitas que escribe..no a la humanidad ni a nadie más.

Un blog debe empezarse porque te apetece, por probar, por curiosidad. “ A ver qué es esto”.  
Lo suyo es ir poco a poco. Empezar eligiendo de qué quieres escribir, o colgar o contar,  probando cómo escribirlo, como mostrarlo, como contarlo, haciendo pruebas y sencillamente practicando.  Un día sí, otro no, dos días si, 3 días no. Hacerlo cuando te apetece. No hay que meterse presión pensando cuánta gente te va a leer, porque no te va a leer ni el tato.

No hay que pensar ¿Qué puedo escribir para que me lea mucha gente? Eso es tan absurdo como empezar a correr y pensar ¿Qué carrera puedo correr que vaya a ganar? NINGUNA. Pues exactamente lo mismo con el blog. No hay que pensar ¿Qué puedo escribir que traiga hordas de lectores a mi blog? Porque no hay nada ( exceptuando sexo salvaje bien escrito y bastante explícito o reyerta política bien escrita y bastante explícita) que vaya a traerte hordas de lectores a tu blog. Estoy pensando que incluso escribiendo de sexo y política habría que ser muy muy original para conseguir lectores al comenzar un blog.

Igual que un día decides ponerte las zapatillas o el gorro y las gafas y te lanzas a correr o nadar para ver si te mola...exactamente lo mismo pasa con empezar un blog. No tiene más misterio.

Tener un blog da mucho trabajo, hay que dedicarle muchas horas.

Pues bueno, pues depende. ¿De qué estamos hablando? Trabajo es levantarse por la mañana y pirarte a enseñar a niños, a echar cables, a regular el tráfico, a dirigir una empresa, a picar datos, a responder llamadas, a investigar o a arreglar coches...eso es trabajo. El trabajo es algo que no se puede dejar cuando quieras, al que tienes que ir más o menos en un horario y en el que tienes que cumplir unos objetivos.

El blog puedes dejarlo cuando quieras. Si le haces caso y te dedicas a él, es muy agradecido, pero si no tienes tiempo, no te apetece, no encuentras el momento, te has echado un novio que absorbe todo tu tiempo, prefieres dedicar las  horas a leer, dormir o incluso prepararte un maratón, el blog no se cabrea ni hace nada.

Un blog no es “trabajo”. Es dedicación, pero exactamente la misma que si decides salir a correr o a nadar. Obviamente si quieres prepararte una maratón tendrás que dedicarle más tiempo, pero lo haces encantado de la vida porque es lo que te apetece hacer. Y si no te apetece y lo haces...entonces no lloriquees.

Tener un blog debe ser algo tremendamente egoísta. Hay que hacerlo porque a uno le mole hacerlo y las horas que le dedique le supongan tanta satisfacción que no quiera dejarlo. El blog debe ser para uno mismo. No quiero decir con esto que no mole que te lean, te comenten, te enlacen y las mil cosas añadidas que pueden venir, por supuesto que molan. Es como si corres o nadas o haces punto de cruz...si ganas una carrera, atraviesas el canal de la mancha o te dan un trofeo a la alfombra más molona pues vas a dar palmas con las orejas...pero si no consigues nada de eso, no pasa nada, no hay porqué dejar de hacerlo. La satisfacción por haber corrido la carrera, nadado como un perro o haber sido capaz de tejer la alfombra está ahí, lo has conseguido.

Tener un blog es exactamente lo mismo. La satisfacción máxima tiene que dártela el hecho de que se te ocurra un post, una idea, sentarte a escribirla y conseguir que el resultado se ajuste lo más posible a lo que habías imaginado. Darle a publicar y sonreír feliz y satisfecho ( más o menos satisfecho según el día) Ese tiene que ser el mejor momento.

Después puede que lleguen las visitas,  los comentarios y la repercusión...y molará. Pero si no llegan dará igual, porque tú puedes al día siguiente o cuando quieras volver a disfrutar del gusanillo de la duda ¿se me ocurrirá algo?, encontrar la inspiración y  escribir algo, compartir algo y disfrutarlo.

Hay miles de articulos, consejos, decálogos sobre como tener un blog y conseguir muchas visitas. Hay trucos para conseguir que tu blog salga entre los primeros resultados de google. “Aprende posicionamiento SEO”, “como conseguir un blog de éxito”...etc. Todo eso arruina la gracia de tener un blog. Supongo que esos trucos funcionan, los cuentan gurús de las redes, listos superlistos...pero en mi opinión obsesionarse con eso es arruinarse el placer y la experiencia de tener un blog.  Puedes conseguir visitas sí, pero ¿qué son visitas? ¿es gente que te lee? Los lectores de un blog no son “visitas”, es gente que llegó de alguna manera, probablemente brujuleando por la red y algo de lo que leyó en el blog le moló, le moló tanto que siguió leyendo, que decidió apuntarlo en favoritos y que vuelve de vez en cuando a ver si hay algo nuevo.


En la vida real las visitas son incómodas, no son de confianza. En un blog puede pasar lo mismo...¿para qué quieres un pico de tropecientas mil visitas provocadas porque has puesto en el título del post “tanga, picha, urdangarin” o cualquier otra combinación mágica de palabras? Siempre será mejor conseguir gente que llegue de casualidad, como los amigos en la vida  y al que le guste lo que haces...y vuelva cada día a ver qué vas a contar.

Para conseguir visitas hay mil trucos, para conseguir lectores sólo hay uno: disfrutar tu blog.

Disfrutarlo tanto que te entusiasme, que te de la vida. Lo que convierte a las “visitas” en lectores es lo que cuentes y como lo cuentes, no los trucos. Es el hecho de que transmitas ese entusiasmo y ese “vivir el blog”  lo que convierte a las visitas en lectores...y con el tiempo a los lectores en amigos.  

Disfrutar tu blog puede significar echarle mil horas, sufrir como un perro escribiendo los posts, quitarte horas de dormir para documentarte o buscar información o dejar una entrada perfecta...pero TE ENCANTA HACERLO. No hay necesidad de venderlo como una tarea de titanes, como algo complejo y esforzado, algo sacrificado y trabajoso para que sea valorado.

Todos esos artículos llenos de trucos para conseguir un blog de éxito, consejos para hacer que las marcas se fijen en ti,  sobre la frecuencia de publicación y la hora correcta, decálogos sobre cómo vivir de un blog, posicionamientos SEO y demás zarandajas no hacen más que enturbiar y ensuciar la maravillosa magia de tener un blog.

Tener un blog es algo al alcance de cualquiera.
Conseguir disfrutarlo y entusiasmarse con ello también.

No seamos egoístas, no nos hagamos los interesantes, no nos hagamos los gurús y los intensos con la mística bloguera: tener un blog es una experiencia maravillosa y es para todos.