lunes, 17 de septiembre de 2012

Y ayer Citigroup soltó una inesperada bomba de relojería

Y ayer Citigroup soltó una inesperada bomba de relojería


  S. McCoy  05/09/2012  06:00h  leido en www.cotizalia.com

Al menos para quien esto suscribe cuasi a diario. De acuerdo con la agencia de noticias Bloomberg, los analistas de Citigroup prevén que Arabia Saudita se convierta en importador neto de petróleo de aquí a 2030. Dar carta de validez a pronósticos a tan largo plazo suele ser receta para el descrédito de quien lo hace, léase McCoy. Pero son tan relevantes las consecuencias que se derivarían de que ese hecho ocurriera, de ese long tail risk, que merece la pena detenerse un pelín en la historia. Y no, no me estoy refiriendo a las implicaciones sobre la oferta y demanda de crudo, muy relativizadas desde el boom del shale oil, que también, sino, sobre todo, a lo que puede suponer en términos de estabilidad para una de las zonas más críticas del planeta, que menudo veranito nos han vuelto a dar Israel e Irán, por no hablar de Siria.
Sigamos con la información. El reino wahabita (actualizado a las 18:00, por error había puesto alauita, sorry) afirma, consume internamente prácticamente un cuarto del crudo que genera, que es utilizado fundamentalmente para la generación eléctrica dado su carácter subsidiado. Se usa de forma simultánea al gas natural cuya producción se destina íntegramente al mercado interior con el mismo fin. Pues bien, resulta que la demanda de electricidad está creciendo en el país a ritmos del 8% anual. ¿Y? Y… puesto el dato en consonancia con los barriles que a diario salen de los pozos locales, el analista del banco de inversión estadounidense Heidy Rehman advierte del inevitable salto de este estado de exportador a comprador de oro negro en menos de dos décadas. Proyecta que algo queda. Pero… ¿si su vaticinio se cumple?
Lo interesante llega a continuación, cuando pasa a explicar los efectos de tal proceso. El 86% de los ingresos presupuestarios de Arabia Saudita se derivan del petróleo. De sus pozos sale el 13% del output mundial. Es precisamente el flujo de caja derivado de la venta de la materia prima lo que permite mantener una estructura de gobierno arcaica y sofocar el descontento popular, sobre todo en los más jóvenes, a base de inversiones públicas y subvenciones ‘privadas’. No en vano, y por volver al tema que nos ocupa, las eléctricas pagan menos de $15 el barril por el acopio de combustible para sus centrales de fuel frente a los $115 al que cotiza, por ejemplo, el Brent generando de este modo un ‘agujero’ para las arcas públicas cercano a los 80.000 millones de dólares. Es también ese dinero el que permite comprar seguridad armamentística y financiar la expansión del Islam por los cinco continentes a través de la construcción de mezquitas o escuelas coránicas, por poner solo dos ejemplos.
¿Qué ocurriría en caso de desaparecer ese chorro de millones? Para cuando sucediera ya habría perdido la condición de árbitro en la oferta de crudo OPEP, al carecer de recursos físicos para compensar desequilibrios como hasta ahora y perder el ascendente sobre los elementos más díscolos de la organización. Aumentaría la volatilidad del suministro. Además, si los precios siguieran a los niveles actuales, se encontraría con un coste de acopio disparado que podría empeorar aún más sus finanzas internas. Algo que necesariamente conduciría a restricciones de inciertas consecuencias sociales, hasta el punto de que no sería descartable una nueva ‘primavera’ política en la región. Eso por no hablar del impacto que tal vulnerabilidad re-generaría en una zona ya de por sí calentita al quedar con  el coxis al viento el mayor aliado de los Estados Unidos.
No es de extrañar que, ante ese panorama, internamente se esté defiendo el desarrollo de alternativas de abastecimiento energético como la nuclear o la basada en energías renovables. Lo cuestionado por un motivo (seguridad y residuos) u otro (ayudas a la producción) en el mundo occidental se convierte en Arabia Saudita en una apuesta por la propia supervivencia. Fuera remilgos. El problema, al menos en el caso de la nuclear, es: ¿llegará a tiempo? Desde fuera, además, se apela a la inviabilidad financiera del modelo subsidiado actual, si se cumplen los peores augurios, y se conmina a sus dirigentes a despertar del sueño de la abundancia y cambiarlo a través de la liberalización de los mercados interiores, la eliminación de las ayudas y la gestión eficiente de su disponible. ¿Serán capaces?
Ya ven cómo está el patio.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Carta abierta a Don Amancio Ortega, por Francisco Llinares Coloma

Carta abierta a Don Amancio Ortega

21 de Agosto de 2012 / leido en www.rankia.com


Don Amancio, me dirijo a usted porque lo que le voy a proponer lo pueden hacer pocas personas en el mundo y casi ninguna en España. Antes que nada, le diré que no me mueve ningún interés personal en esta operación ni quiero sacar nada, aunque usted la haga y le salga bien. Se la propongo por diversión, tanto para usted, si la hace, como para mí, si llegara a hacerla. Tanto usted como yo vivimos bien y lo que necesitamos es algo de diversión sana (a mí personalmente es que la tele me aburre mucho).

Le escribo una carta abierta porque es más probable que alguien cercano la lea y se lo comente, pues si le escribo una carta de las antiguas, estoy seguro que habría pocas posibilidades de que llegara a leerla.


Entro en materia:


Se trata de que usted
invierta alrededor de mil millones comprando plata, que en estos momentos es  el metal precioso que antes se va a agotar encima y debajo de la faz de la tierra. Hay miles de razones para comprar plata en estos momentos, pero las más importantes son éstas:

1 –
La industria ha consumido las reservas de plata que había en el mundo extraídas en los últimos 5.000 años. Y lo ha hecho fabricando productos que contienen cantidades irrecuperables a los precios actuales. Por tanto, o sube mucho la plata o pronto vamos a notar la escasez para el metal que necesita la industria.

2 –
Hay montruosas posiciones cortas en el mercado de la plata, tanto en el Comex como en posiciones OTC en el mercado de Londres. Todo ello es debido a que a los que imprimen papel moneda no les interesa que los metales preciosos suban mucho, pues son como el canario en la mina: anuncian que el papel moneda pierde valor a pasos agigantados. Algún día, alguién pedirá la entrega de esas posiciones en la plata (ahí entra usted) y se descubrirá el pastel de que los vendedores no tienen metal para respaldar sus contratos vendidos (ese día se doblará el precio a la apertura del mercado, pero ese no es el objetivo de esta operación).

3 –
Es muy posible que antes de acabar el año, el euro, el dolar o los dos, tengan problemas serios. Toda la gente que hasta ahora buscaba refugio para sus ahorros en diferentes divisas o en bonos soberanos, en teoría libres de riesgo, aprenderá por las malas, como se suele aprender todo lo importante, que lo que parecía libre de riesgo en realidad tenía mucho riesgo. Inmediatamente entraremos en la fase de pánico comprador, pues la gente habrá aprendido que lo único libre de riesgo son los metales y los ladrillos (pero ladrillos usted ya tiene), y querrán deshacerse del papel moneda comprando metales a cualquier precio.

4 – Como es natural, cuando llegue el colapso,
llegarán también las quiebras bancarias en masa. Los estados no podrán garantizar los depósitos y la gente aprenderá lo que significa el riesgo de contrapartida (riesgo que los metales no tienen).

5 – Toda la plata disponible para entregar en el mercado
asciende a 35 millones de onzas, y usted va a comprar 50 millones de onzas. Personalmente pienso que esa cantidad de plata no existe, pero si hace lo que le propongo nos enteraremos (eso es parte de la diversión).

Como es natural, cuando no le puedan entregar la plata que le han vendido, le propondrán liquidarla en dinero por diferencias, pagándole
un premium por incumplimiento del 20% de su dinero, pero usted dirá que no acepta. Y en cuanto el WSJ publique en primera plana que no hay plata para cumplir los compromisos contraídos, ese día se doblará el precio (pero como he dicho antes, no es ése el objetivo de la operación).

Si quiere saber el resto de los muchos y buenos motivos que existen para comprar 50 millones de onzas de plata, le recomiendo que lea estos dos posts, ahí está todo explicado.


El mejor post de la década
El mejor post de la década (2)

Aquí puede ver unos vídeos de otro millonario como usted, tratando de salvar a los pobres de la miseria impuesta por la élite corrupta. Hasta ahora infructuosamente, pero todo puede cambiar.


Entrevistas a D. Hugo Salinas Price

Aparte de los motivos que se ciñen estrictamente a ganar mucho dinero (producto del que usted y yo tenemos suficiente, aunque usted tiene mucho más suficiente que yo) ¿qué otros motivos deberían convencerle a usted para hacer esta operación?

Voy a tratar de enumerarlos:

1 – Diversificación. Usted tiene un negocio e inmuebles. No creo que pueda ocurrir nada en este mundo para que usted se arruine (más por los inmuebles que por el negocio), pero nunca está de más la diversificación del patrimonio.  No considere el tener acciones de otras empresas o bonos como diversificación, pues todo eso puede ser papel mojado cualquier día de éstos.

2 – Por divertirse. A mí al menos me divertiría mucho poner en apuros a los grandes bancos de inversión del mundo. Tomando las precauciones que luego le indicaré, por supuesto. No se trata de que la diversión le cueste la vida.

3 – Por ética. El timo del papel moneda en manos de irresponsables es la mayor estafa y la mayor transferencia de riqueza real que se ha perpetrado en todos los tiempos. En sus manos está pinchar la burbuja y que no se haga más grande. Cuanto más grande se haga, más gente saldrá perjudicada.

4 – Para dejar un mundo mejor a sus descendientes basado en dinero honesto y en el que no se pueda estafar a la gente los ahorros de toda su vida y que encima te den una medalla. Cuanto antes se le haga ver a la gente la estafa de los papelitos de colores impresos de forma compulsiva, antes acabaremos con este mundo de podredumbre y corrupción. El problema principal de hoy en día es que los mismos ladrones imprimen más dinero o emiten más deuda para poder robar cantidades que serían imposibles de robar si hubiera un dinero que no se puede reproducir de la nada.

5 – Por gratitud. La clase media le ha hecho ganar el dinero que tiene comprando sus productos. Devuélvales el favor ayudando a hundir esta mentira y regalándoles un mundo en el que no van a ser estafados con tanta facilidad. Corra la cortina que cubre la mano que mece la cuna para que todos puedan ver las verdaderas caras de sus verdugos.

6 – Por curiosidad. ¿Será verdad que las reservas de oro y plata en el mundo son las que dicen y están donde dicen? ¿O será una mentira más a las que nos tienen acostumbrados?

7 – Por ganar mucho dinero de una forma segura , mientras se hace una obra de caridad al mundo.

8 – Para destinar el beneficio a caridad, si quiere. Con los aproximadamente 50.000 millones de euros que ganará con esta operación antes de acabar esta década, imagine la cantidad de pobres españoles (que dentro de poco habrá muchos) a los que podría dar de comer durante años. Si usted, que puede, no lo hace, la gente las va a pasar canutas.

Cómo y cuándo comprar la plata

Es importante que no eche en saco roto los siguientes consejos, otros lo han intentado hacer antes y les ha salido mal por no hacer las cosas bien:

1 – No compre a su nombre. Ni a nombre de sociedades que todos saben que son suyas. Utilice sociedades interpuestas domiciliadas en varios países. Varias sociedades que van comprando por separado. Warren Buffett compró 130 millones de onzas, y como sabían que las tenía él, le estuvieron retorciendo el brazo hasta que las soltó.

2 – No utilice nunca crédito o préstamos para comprar. A los hermanos Hunt los arruinaron porque cometieron ese fallo. Cambiaron las reglas a mitad de partido para hundirlos en la miseria. Tenga en cuenta que esta gente no tiene escrúpulos y puede cambiar las leyes desde dentro a su conveniencia. Debe comprar al contado con entrega de mercancía.

3 – Ni se le ocurra aceptar certificados sobre plata, acciones de ETFs como han hecho estos días Soros y Paulson, ni nada que no sea el metal físico. Papelitos le darían todos los que quisiera, pero así nunca saldría la evidencia de la escasez de plata que tenemos en estos momentos.

4 – Lo ideal es ir comprando unos 10 millones de onzas al mes, repartidas entre unas cuantas sociedades de países distintos. Ir pagando el metal e ir recibiendo la entrega de la mercancía.

5 – Los lingotes los puede guardar en cajas fuertes de alquiler en varios países. En España, y debido a la falta pertinaz de recursos que tiene el gobierno, es probable que le alquilen la caja fuerte del Banco de España en Madrid, de todas formas está vacía desde que vendieron el oro. Yo daría algo por saber quién fue el comprador de ese oro. Con esa información puede que se pudiera sacar alguna conclusión sobre tamaño disparate. Si querían vender el oro, que lo hubieran acuñado en monedas de curso legal y le hubieran sacado un 30% más del precio de mercado, además de hacerle un favor a los pagadores de impuestos de este país de pandereta.

6 – Vaya comprando a ese ritmo hasta que reviente la olla a presión. A partir de ahí no venda nada, al menos hasta que los beneficios de la operación asciendan a los 50.000 millones que he mencionado antes. Incuso a esos precios, debería pensarse mucho si tiene sentido cambiar plata de verdad por dinero de mentira, por muchos papelitos que le ofrezcan.

7 – Lo que yo haría más adelante es cambiar parte de esa plata por oro o platino. Para diversificar. Ahora se necesitan 56 onzas de plata para comprar una de oro, pero ese ratio bajará. Yo usaría una décima parte de la plata para comprar oro, cuando una onza de oro valga 30 onzas de plata (eso ocurrió no hace mucho). Otra décima parte cuando la operación se haga a 25 onzas de plata. Otra a 20, a 15, a 10, a 5, a 2 y a 1. Aunque parece un chiste que en el futuro te den una onza de oro por una de plata, yo no lo veo tan descabellado. Tenga en cuenta que ahora mismo sobre la faz de la tierra hay mucho más oro disponible que plata. Según la ley de oferta y demanda, no es nada absurdo que lleguen a pagarse al mismo precio.

Para cualquier aclaración que necesite, me encantará charlar con usted cuando le apetezca. Tiene mi palabra de que nadie sabrá lo que hablemos, pues el mayor interesado en que lo haga y le salga bien soy yo.  Yo me voy a divertir y lo voy a disfrutar mucho más que usted, pues seguro que usted está más ocupado que yo y no tiene tiempo de disfrutar tanto de esta película si se produce.


miércoles, 12 de septiembre de 2012

La degeneración de nuestra sociedad

La juez, el fiscal y el Gorrinín  (Arturo Pérez-Reverte)

Parece el título de una película italiana de los años 50, de las de Dino Risi o Vittorio de Sica; pero a diferencia de aquéllas, ésta no tiene puñetera gracia. O sí, según se mire. Para reírte un rato, con desesperación, de este país de payasos. En cualquier caso, situémonos: Galapagar, sierra de Madrid, hace un par de semanas. Protagonista involuntario, un picoleto que en coche oficial verde y blanco, con pirulo y rótulo de Picolandia, transporta a su domicilio a una mujer maltratada. Después se acerca a un estanco a comprar tabaco. A los veinte pasos oye un ruido a su espalda, se vuelve y ve a dos pavos que han roto un cristal del coche y están desvalijándolo por la cara. Echa a correr hacia ellos, y los artistas se abren a toda leche llevándose el gepeese del coche y la cartera del agente con su deneí, su carnet de cigüeño, sus tarjetas de crédito y su permiso de conducir, que tenía en la guantera. El guardia llama por radio a los colegas. Galapagar es un pueblo pequeño, y un par de picos se ponen a buscar a los malos. Empieza la caza del hombre.

Ahora vamos con los malandros. Un español y un moro. El español, conocido en el pueblo como delincuente habitual de toda la vida, tiene 35 tacos, y para que se hagan ustedes idea de la calaña del hijoputa, responde al elegante apodo de Gorrinín: treinta detenciones entre 1997 y 2001, seis durante 2010 y ocho desde enero de este año, fecha de su última salida del talego. O sea, 44 coloquetas en cinco años y sigue en la calle. Entra por una puerta y sale por otra. Para entendernos: una típica criatura maltratada por la injusta sociedad moderna. El consorte también es criatura maltratada típica: se llama Jalil, y según me cuenta un amiguete de confianza que tengo próximo al juzgado local, «no es muy listo, así que mayormente el otro lo lleva para que se coma los marrones, porque como es moro lo sueltan en seguida». El caso es que los dos colegas, tras desparramar el coche y largarse con el botín, están echándole un vistazo a la cartera del picoleto cuando antes de tres minutos de reloj les caen encima los colegas del damnificado. Alto a la Guardia Civil y todo eso. Fin del segundo acto.

Cacheo de rigor. Contra la pared, brazos y piernas separadas. Y cuando están en ello, y uno de los guardias va a registrar al Gorrinín, éste se revuelve de pronto, saca una navaja y le pega al representante de la injusta sociedad que lo maltrata una mojada que, de no apartarse a tiempo el picolino, lo pone mirando a Triana. Pero sólo le alcanza un tajo en el brazo izquierdo -que necesitará seis puntos de sutura en el centro de salud del pueblo-. Los dos se agarran y caen al suelo, el Gorrinín pegando navajazos y el cigüeño ensangrentado, procurando no llevárselos él. Al final vence la ley y el orden, como se veía venir, y al Gorrinín y al Jalil se los llevan esposados al cuartelillo. Diligencias, etc. Al rato, él y el consorte están en el vecino juzgado de Collado Villalba. Y allí empieza el cuarto acto del sainete, que es mi favorito.
El fiscal debe de estar muy ocupado, porque no aparece por ninguna parte. Y como no hay fiscal que fiscalice, la juez de guardia, conforme a lo previsto en el artículo 505.4 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, ordena la inmediata puesta en libertad del Gorrinín y su colega. Sin fianza. Eso sí, con la seria advertencia -a uno que lleva ocho detenciones por robo y lesiones en lo que va de año- de que se presente cada quince días en el juzgado. So pena, si incumple, de afearle seriamente la conducta. Así que al Gorrinín le quitan las esposas y le señalan la salida: puerta, camino y El Viti. Y el ciudadano, con la contrición y pesadumbre que son de suponer, se dirige hacia ella; no sin antes detenerse en la puerta, dirigir una pedorreta a los funcionarios del juzgado y a los guardias que están allí, y anunciar literalmente: «Soy el amo de Galapagar, y no podéis hacerme nada. Ya veréis. Os vais a cagar». Y luego, rascarse los huevos, encender un pitillo e irse a tomar unas cañas.
Ahora hagan ustedes, porfa, el bonito ejercicio de imaginar que al picolo del navajazo se le hubiera ocurrido sacar el fusko durante la pajarraca. Y que en el forcejeo se le hubiera escapado un tiro. O que, por impulso propio del instinto de supervivencia, se lo hubiera pegado a propósito al malo entre ceja y ceja, tras el primer navajazo. Calculen los titulares: respuesta desproporcionada, brutalidad picoleta, fascismo guarro, etcétera. Y los telediarios abriendo con nombre, apellidos, domicilio y foto de primera comunión del guardia. Que podía darse por bien jodido, el infeliz. Iban a salirle fiscales localizables y jueces rigurosos hasta de debajo de las piedras. 

domingo, 2 de septiembre de 2012

Que hizo la bolsa en Argentina durante el corralito y que nos enseña

Un buén artículo de Marc. Podríamos imaginar algo así en España??? Leido en http://investorsconundrum.com

Gráfico de la bolsa Argentina, del índice Merval (1999-jul-2012, fuente: Reuters).

La semana pasada y gracias al blogger argentino Bullspread, vimos que ocurrió realmente en Argentina con el “corralito” y el “corralón” en el año 2001 y 2002.
Analizando lo que ocurrió, podemos deducir que el mejor activo que podía proteger entonces a los argentinos de la tremenda crisis fue el Oro. Invertir en oro fue la mejor protección posible. También la inversión en acciones argentinas fue una buena protección aunque como podéis ver en este gráfico del índice Merval argentino, en realidad no sirvió mucho en la antesala de la crisis, del 2000 a finales del 2001. En realidad lo que si que protegió a los argentinos fue de la alta inflación de los años siguientes.
¿Por qué la inversión en bolsa te protege de la inflación o de la hiperinflación?, la respuesta es sencilla, si la inflación en un país supongamos que dobla los precios en 3 años, las ventas de las empresas cotizadas también lo harán y posiblemente también sus cotizaciones bursátiles. En cambio invertir en un deposito bancario o en Bonos del Estado es un desastre ya que tienes una remuneración fija que no se adapta a la subida del coste de la vida.
Puntos importantes de la evolución de la bolsa argentina:
-     A principios del año 2.000, el índice Merval se situaba a niveles de unos 630 puntos. Justo a finales de 2001, antes del llamado “corralito” alcanzó poco más de los 200 puntos. Si a esta caída de dos terceras partes de su valor le añades la devaluación posterior en los meses siguiente, el resultado es una perdida de valor adquisitivo enorme, de más del 90% de tus activos.
-     Justo anunciarse el corralito en noviembre 2001 y del corralón en enero 2002, la bolsa empezó a ser un refugio alcanzando los 2.300 puntos en octubre de 2007.
-     Después de bajar de los 2.300 a los 800 a finales del 2008 en la crisis bursátil del 2008, la bolsa argentina empezó a subir sin descanso, superando los máximos de 2007 y alcanzando casi los 3.700 puntos en el primer trimestre de 2011.
¿A que se debe este buen comportamiento? Seguramente hay que explicarlo por ser un valor refugio. La inversión privada es a largo plazo siempre mejor que la pública y mas en un país con un gobierno tan intervencionista como el argentino. Aunque seguro que ha sido un factor determinante la elevadísima inflación real muy superior a la oficial, que provoca alzas en los precios de venta de las empresas. Además no olvidéis que una parte de las empresas cotizadas venden fuera de Argentina lo que ayuda a obtener mejores rentabilidades.
La conclusión es que la inversión en bolsa en un país como Argentina que sufrió una gran devaluación no es nada recomendable hasta que se produce la pérdida de valor de su divisa. En ese momento es quizás de las mejores opciones donde invertir. Nunca hay dos escenarios iguales pero ante unas variables similares a estas explicadas, la inversión en bolsa es la mejor opción.